El Gran Poder de la Templanza

  Museo Nacional de Arte Moderno, Guatemala.  Exhibición DOCUMENTA del movimiento Poderosas.  Crédito de la foto:   AlejandroSandoval.gt@gmail.com 

Empoderamiento de la mujer en una cultura violenta.  Un proceso interno.

Cuando recibí la convocatoria del Movimiento Poderosas (www.poderosas.com) para DOCUMENTA, analicé ¿cómo es que las mujeres en Guatemala vivimos cada día?... y ¿qué hacemos para vivir felices, en paz, a pesar de todo? ; entonces, ¿de qué mensaje seré portadora?    He aquí el mensaje:   

Por experiencia propia y de las mujeres con quienes he trabajado y conozco, como artista y antropóloga, en Guatemala nos enfrentamos cada día con la cara feroz de la vida, representada por el tigre en actitud de ataque. Vivimos todo tipo de abusos, aquí,  en el 7º país más violento del Planeta Tierra.  Esta realidad a menudo despierta la parte feroz que todas llevamos dentro.  La vida, desde esa posición, es una batalla sin tregua;  y por querer sobrevivir desde allí, estamos perpetuando los ciclos bestiales de esta cultura  que nos deshumaniza.  Haciendo uso de nuestro libre albedrío,  podemos seguir allí por siempre, haciéndonos expertas en sacar primero nuestro instinto feroz, por pura supervivencia;  o podemos atrevernos a cambiar esos ciclos deshumanizantes …  pero … cómo?     Integrando en nuestras actividades de cada día, la LUZ de Dios-Amor que habita en nuestras almas…    En la obra “El Gran Poder de la Templanza”, la mujer representa el ideal del  ser humano -  la persona que recibe o toma en su mano esa  LUZ … y la integra en su actuar, a cada momento del día.   No hay acción, por pequeña que parezca, donde no nos preguntemos:  ¿esta acción (levantarme, desayunar, cuidarme, respetarme, trabajar, llegar temprano, pagar mis deudas, estudiar, cortar mis amistades nefastas, perdonar...) , me impulsa a ser una mejor persona? o me detiene  en mi intento de ser una mejor persona?.   Así, esa LUZ ilumina mi consciencia.  (*¡plin!*)        Esta mujer ideal representa la vivencia de la templanza.  Ella tiene a su fiera apaciguada por un verdadero empoderamiento, enraizado en el Amor (a nosotras mismas y a todo cuanto nos rodea).   Un amor que fluye desde el Alma, que nos sana, nos da paz … nos hace profundamente felices.  Entonces nuestros instintos de supervivencia tomarán su lugar justo: bajo la mano sabia de nuestra alma, actuando para llevarnos a la realización de nuestros anhelos, con los pies bien plantados sobre la roca firme de nuestro verdadero Yo, perfectamente alineadas en nuestro SER.